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Alfardas

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ALFARDAS DE LOS AÑOS 1715 Y 1829

         La alfarda es la obligación de pago que asumen quienes riegan sus fincas situadas en las huertas de Velilla, Fraga y Torrente.  Cada regante reseñado en el “libro de alfarda” paga una cuota anual por fanega de tierra al ayuntamiento de Fraga o a quien éste arriende su cobro.  Fraga es “señora” de la acequia vieja desde la Edad Media y los pueblos de Torrente y Velilla se someten a sus determinaciones, aunque no siempre de forma pacífica y consensuada.  El ayuntamiento de Fraga o su arrendatario en subasta “al más dante”, están obligados a mantener a su costa el azud frente a las frecuentes riadas, la barca con que se acude a repararlo, la propia acequia limpia con sus gallipuentes y sus cajeros, y con el caudal de agua suficiente para accionar los molinos harineros.

         El primero de los ficheros Excel expuestos en esta carpeta recoge la alfarda del año 1715.  En su primera hoja constata el nombre de las partidas de la huerta de Fraga, el número de parcelas cultivadas en cada una, la extensión de su tierra campa y la de sus huertos.  Las dos hojas siguientes ofrecen el listado de los poseedores de fincas por orden alfabético y luego en orden de mayor a menor poseedor.  La cuarta hoja detalla una estadística de la distribución de la tierra de regadío en esa fecha, donde se evidencia que el 50% de los poseedores cuentan con sólo el 13% de la huerta.

         El segundo documento contiene la alfarda del año 1829, cuando ya se ha rehabilitado la “acequia nueva”, e iniciado el riego en las respectivas partidas del Secano de los tres pueblos.  El de la acequia nueva fue un proyecto ambicioso aunque con un número de hectáreas a regar no demasiado elevado, en el contexto de la política ilustrada del reinado de Carlos III.  A la inicial propuesta de compra por el ayuntamiento y reparto posterior de aquellas fincas, sucedió al mismo tiempo una especie de frente anti roturador y nuevas propuestas de construcción en las dos décadas finales del siglo XVIII por parte de la Intendencia y el propio obispado.

         Por el documento de alfarda de 1829 conocemos a los regantes que pagan su cuota anual según sus fanegas de regadío en una y otra huerta, ordenados en una hoja por sus apellidos y en otra en orden de mayor a menor poseedor.  Al igual que en 1715, una nueva hoja ofrece la estadística de la desigual distribución, -ahora de la partida del Secano-, dejando constancia con ello del fracaso de aquel antiguo proyecto ilustrado de reparto.

alfarda_de_la_huerta_vieja_del_ano_1715.xlsx

alfarda_de_la_huerta_vieja_y_de_la_huerta_nueva_del_ano_1829.xls

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