El Archivo Municipal de Fraga da a conocer este mes de mayo el título de registro de la marca 'Higos de Fraga' por parte del Ayuntamiento en 1928 y otros documentos relacionados con la industria de los higos secos.
A principios del siglo XX las higueras eran la base de la agricultura en Fraga y los higos –que se comercializaban secos y envasados– eran conocidos dentro y fuera de España por su calidad y por la artesanía con la que eran envasados. Incluso hay un dicho que reza: “No hay higos como los de Fraga, que por todo el mundo pasean su fama”. Fraga tenía grandes plantaciones de higueras y gran parte de la población se dedicaba a la producción, manipulación o comercio de los higos, lo que la convirtió en la principal industria de la zona.
Como higos de Fraga se comercializaban los producidos en Fraga y también en Velilla, Torrente o Massalcoreig y se rechazaban los de otros pueblos más alejados por considerar que no tenían la calidad suficiente. Para proteger el negocio y evitar que pasaran por higos de Fraga aquellos de otros lugares que tenían peor calidad, el Ayuntamiento creó y registró la marca “Higos de Fraga” en el Registro de la Propiedad Industrial y Comercial en 1928 y encargó a la Sociedad “Los Amigos de Fraga” su administración y regulación. Para ello, se creó el Consejo Regulador de la Marca Higos de Fraga que estaba compuesto por 16 miembros (siete de Fraga, 3 de Torrente, 3 de Velilla y 3 de Massalcoreig) designados por los respectivos Ayuntamientos entre los cosecheros de su población.
Respecto a la marca, tenían derecho a utilizarla los propietarios y cultivadores de Fraga, Torrente, Velilla y Massalcoreig para los higos que recolectasen en sus términos municipales y los comerciantes de esos municipios siempre y cuando no adquirieran higos de ninguna otra procedencia. El reglamento del Consejo Regulador recoge algunas cuestiones sobre el uso de la marca, las diferentes calidades o clases de higos que incluía, las etiquetas y precintos, los tipos de caja, el transporte o la supervisión del producto por parte del propio consejo.
Las etiquetas y precintos se encargaban a la Imprenta Hija de José Ortega de Valencia, que había sido una referencia de las artes gráficas a nivel nacional y destacaba sobre todo en litografía, billetaje y cartelería taurina y festiva. En 1928 se encargaron unas 200.000 etiquetas y los mismos precintos que costaron poco más de 3.000 pesetas.
La imagen de la marca 'Higos de Fraga' es una vista de la población desde la orilla derecha del río Cinca en la que se distinguen las casas, la torre de la iglesia de San Pedro y la iglesia de San Miguel o Castell; un hombre y una mujer vestidos con la indumentaria tradicional fragatina y, en el medio de ellos, el escudo de la ciudad. A lo largo de los años en los que estuvo vigente la marca Higos de Fraga, el logotipo o imagen se tuvo que cambiar en dos ocasiones a causa de las diferentes formas de gobierno que tuvo el país, ya que la corona que timbraba el escudo de la ciudad debía adaptarse a la que estipulaba el gobierno español. En un primer momento, cuando se registró la marca en 1928, España era una dictadura con rey así que la corona que aparecía sobre el escudo era la corona real. Una orden de fecha de 13 de mayo de 1931, ya instaurada la Segunda República, obligó a sustituir la denominada corona real por la corona mural, que tiene aspecto de muralla. Y, por último, en 1942 tuvo que sustituirse por la que adoptó la dictadura franquista para su nuevo escudo.
Se conservan también algunas memorias elaboradas por el Consejo Regulador en las que se expone algunos problemas que debe afrontar la industria de los higos secos como la falta de organización, la competencia, las plagas o la pasividad de algunos comerciantes y se advierte de la necesidad de tomar medidas para evitar que los productores sustituyan las higueras por otros árboles de mayor rendimiento.
Un momento importante en la historia de la manufactura de higos secos en Fraga fue la huelga que protagonizaron les encaixonadores en otoño 1933. Era la época más boyante de la industria, pero había un gran contraste entre los éxitos de venta y exportación y las condiciones laborales de las trabajadoras. Por ese motivo, las 250 mujeres que se encargaban de envasar los higos secos en los almacenes se unieron para reclamar un sueldo más digno y una jornada laboral de ocho horas, lo que consiguieron después de varios días de paro. Esta fue la primera huelga de mujeres en Fraga y probablemente una de las primeras de Aragón. No obstante, al tratarse de un conflicto laboral entre los almacenistas y las trabajadoras, representadas por la CNT, el Archivo Municipal no conserva documentación al respecto.
Otros documentos del mes (2024):
o Enero: Título de ciudad (1709) y otros privilegios concedidos por el rey Felipe V en recompensa por su fidelidad durante la Guerra de Sucesión.
o Febrero: Acto de amojonamiento de Fraga y Torrente de Cinca (1232):
o Marzo: Acta del juramento de fidelidad de Fraga a José Bonaparte (1809):
o Abril: Primeros bocetos e imágenes del Monumento a la Dona de Faldetes
El Archivo Municipal de Fraga ha puesto en marcha este 2024 una nueva acción de difusión a la que ha denominado “El Documento del Mes”. El objetivo es dar a conocer el archivo y el valor patrimonial de la documentación que custodia. Cada mes se seleccionará un documento atendiendo a criterios históricos, antigüedad, interés general, características peculiares, curiosidades o que coincidan con aniversarios, festividades o fechas destacadas.
El Archivo Municipal de Fraga custodia alrededor de 1.000 metros lineales de documentación en papel en los depósitos ubicados en distintos edificios municipales y más de 200 pergaminos medievales y modernos. Los pergaminos más antiguos datan del siglo XIV y la mayor parte de ellos son censales, documentos notariales de reconocimiento de deuda mediante los cuales, quien necesitaba dinero vendía dicho título por un precio determinado. A cambio, el vendedor del título se obligaba a pagar al comprador una pensión anual fija.
La serie documental más importante de cualquier archivo municipal es la de Libros de Actas del Pleno o Concejo que recoge las deliberaciones y acuerdos del gobierno municipal sobre los temas más diversos a lo largo de la historia. Y en el Archivo Municipal de Fraga se preserva casi completa desde el año 1461 hasta la actualidad. Además, cabe destacar el Libro Lucero, un inventario de documentos que fue escrito a mediados del siglo XVIII y que atestigua la existencia de numerosos privilegios reales, en su mayor parte perdidos, y otros documentos como sentencias, censales vigentes o testamentos, entre otros.
Alrededor de 140 documentos del Archivo Municipal de Fraga se pueden consultar digitalizados a través del Portal DARA (Documentos y Archivos de Aragón) gracias al convenio que mantienen el Ayuntamiento de Fraga y el Gobierno de Aragón para la difusión del patrimonio documental aragonés.
Esta es la segunda acción de difusión que realiza el Archivo Municipal de Fraga tras la ruta guiada y exposición sobre las Casas Concejo de la Villa de Fraga que realizó en colaboración con la Oficina de Turismo el pasado mes de junio con motivo de la celebración del Día Internacional de los Archivos.
Hay que recordar que los ciudadanos tienen derecho a la consulta de los documentos depositados en el Archivo Municipal, siempre y cuando se acate lo establecido por el Reglamento del Archivo y sin más restricciones que las impuestas por la normativa vigente y las relacionadas con el estado de conservación y organización de los fondos documentales. Para consultar documentación del archivo es necesario ponerse en contacto con el servicio de archivo (archivo@fraga.org y 974 47 37 25) y concertar una cita para que el personal pueda atender a los usuarios.