Fraga estrenó a lo grande el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional para su fiesta más entrañable, el Día de la Faldeta, que volvió a ser una jornada de exaltación del traje típico fragatino y de la cultura, las tradiciones y las costumbres locales. Casi dos mil fragatinos ataviados con los trajes de faldetes y de valons participaron en un espectacular Desfile de la Faldeta, batiendo todas las cifras alcanzadas hasta hoy y el colorido de los mantones, las faldetas y los “mocadors”, y la vistosidad de los peinados de picaport y rosca, llenaron las calles del casco histórico fragatino, en una jornada espectacular que contó con la presencia de numerosos visitantes atraídos por la fiesta. Entre ellos, también participaron en los actos el presidente de las Cortes de Aragón, Antonio Cosculluela, y la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto. Y entre las autoridades que acudieron a Fraga ayer, también destacaba la presencia de Santiago Marraco y José Bada, que eran presidente y consejero de educación y cultura del Gobierno de Aragón hace treinta años, en 1986, cuando se institucionalizó la fiesta de la Faldeta con la celebración en Fraga del Día de San Jorge y cuando se inauguró el centro cultural del Palacio Moncada.
La representación de una boda típica fragatina volvió a hacer de hilo conductor y eje argumental de la fiesta. Como ya es tradición, el papel de novios le correspondió a los peñeros mayores, Javier Visa y Leyre Simón, que pasaron un poco de frío (sobre todo ella), a primera hora de la mañana en el primer acto de la boda, que consistía en vestirlos. La escena se representó en la Plaza de San Salvador y todos pudieron seguir como se iban incorporando faldetas, blusas, pañuelos, mantón y mantilla a una novia que enseguida se vio acompañada por el novio, la familia y los amigos, todos luciendo sus mejores galas, para iniciar el Desfile de la Faldeta.
La Rondalla de la Peña Fragatina abría con sus jotas la comitiva que se dirigió hacia el paseo del Cegonyer. El desfile fue espectacular, con casi dos mil personas luciendo el traje típico fragatino, el de faldetes ellas y ellos el de valons. Había trajes de percal, de faena, de novia, de mudar con sus mantones de vivos colores y no faltaba el grupo de mujeres vestidos con el traje negro de les dones de faldetes, el que lucieron en vida hasta no hace demasiados años las “jaias” fragatinas. El larguísimo desfile dio la vuelta en el paseo del Cegonyer y recorrió diversas calles del casco histórico antes de llegar a la Iglesia de San Pedro, donde se celebró una Misa Baturra. A la salida, lluvia de arroz y peladillas a los novios y regreso al escenario de la Plaza de España dónde continuó la escenificación de la boda fragatina, con el convite y el retrato de los novios.
Mientras tenía lugar el desfile y la misa, las calles del casco antiguo, entre el Cegonyer y la Plaza de San Pedro eran un hervidero de personas que visitaban y miraban con curiosidad las estampas costumbristas en las que se recreaban oficios antiguos, escenas del pasado y actividades tradicionales de Fraga. Eran un total de diez secuencias en las que se podía ver como se encajonaban antiguamente los higos secos, los tradicionales higos de fraga, o se elaboraba el coc de fraga, y otros productos de repostería. También se recreaba el ambiente de una taberna, oficios agrícolas y ganaderos, destacando una estampa dedicada a la labor de hacer sogas o el tomar simplemente el fresco en la calle. También llamó la atención una parada del Museo de Oficios Antiguos de Monegros, de Sena.
En la Avenida Reyes Católicos, estuvo abierto durante todo el día, el mercadillo de artesanía con más de veinte paradas de artículos de madera, cuero, metal, vidrio.
Tras una mañana en que la calle y el traje fragatino fueron los grandes protagonistas, por la tarde tuvo lugar en la Plaza de España, el acto institucional de homenaje a les Dones de Faldetes que contó con las actuaciones del bailarín Miguel Ángel Berna y la rondalla de Peña Fragatina.